jueves, 24 de febrero de 2011

SINDROME DE BOCA ARDIENTE

Es una enfermedad idiopática que se caracteriza por sensaciones dolorosas de ardor en la cavidad bucal. Los pacientes refieren una sensación persistente de quemazón, pero la exploración visual de la mucosa y los resultados de pruebas analíticas no detectan anormalidades que las expliquen. Aunque relativamente común, se sabe poco aún acerca de su etiología y fisiopatología.

DEFINICION.

Según el Subcomité de Clasificación de Cefaleas, de la Sociedad Internacional de Cefaleas, el SBA es la «sensación de quemazón en la cavidad bucal sin aparentes causas de origen médico u odontológico». El dolor puede limitarse a la lengua o asociarse a otros síntomas como sequedad subjetiva de la boca, parestesias y alteraciones del gusto.

Mientras no se determine su origen, la afección se identifica también con otros nombres o se asocia a trastornos localmente próximos: estomatodinia, estomatopirosis, glosopirosis, glosodinia, boca de lija, síndrome de boca quemada, lengua reseca o disestesia bucal.

Actualmente, es motivo de controversia establecer si se trata de un trastorno de origen fisiológico o si más bien un SBA constituye la manifestación de alteraciones psicosomáticas. A tenor de los datos disponibles, la tendencia se inclina del lado de la etiología multifactorial, con especial atención a la raíz fisiológica.

Al describir sus síntomas, el paciente refiere dolores o molestias que van alternando entre lengua, paladar, encías o labios y que asocian con:
• quemazón
• lengua reseca o entumecida, picor, hormigueo
• encías doloridas e hipersensibles
• paladar abrasado/abrasivo, de lija
• labios cortados
• sabor metálico

En noviembre de 2008, el sitio go4hope.org puso en marcha entre sus miembros una encuesta (“How do you describe BMS?”) para que trataran de definir sus síntomas. La pregunta era: “Si tuvieras que explicar a alguien sin SBA lo que sientes cuando la boca te “arde”, ¿cómo lo describirías”. Estas fueron algunas respuestas:
• «como una caja de cerillas ardiendo en la boca»
• «como beber champú»
• «como un trago de café muy caliente que durara todo el día»
• «como chupar Strepsils todo el tiempo»
• «como pasar una lija por el paladar»
• «como si un papel rasgara la lengua»
• «un pinchazo continuo en toda la boca» (“síndrome de boca picante”)
• «lengua escaldada»
• «sed atroz (en los primeros meses)
• «escozor»
• «entumecimiento, semejante a cuando se te queda una pierna dormida.

Otras respuestas menos frecuentes (posiblemente no SBA):
• «saliva espesa y viscosa, lengua pastosa»
• «hinchazón, inflamación.

Como la sensación subjetiva es de sequedad, el paciente tiende a aliviarla bebiendo compulsivamente agua, preferiblemente fría; y, dado que no se conoce el modo de aliviar los síntomas, a aislarse de su entorno y a caer en estados depresivos. Con frecuencia se asocia con otras alteraciones cercanas localmente y con las que a veces se confunde, como xerostomía, disgeusia y disestesia. Por sexos, la prevalencia es notablemente más elevada en mujeres que en hombres, en una proporción que, según algunos investigadores, puede llegar a ser de 33 a 1. En la mujer se suele desencadenar tras la menopausia, aunque también también aparece en edades más avanzadas.

El dolor es persistente, aunque de intensidad variable. Los pacientes tienen dificultades para determinar patrones temporales de intensidad del dolor, si bien en este tiende a seguir una curva ascendente a lo largo del día: prácticamente asintomático al principio de la mañaña, suele alcanzar el pico máximo al final de la vigilia. Tampoco hay datos de correlación directa con hábitos relativos al estilo de vida o a la dieta.

Los últimos hallazgos apuntan a neuropatías tanto centrales como periféricas, que posiblemente en algunos pacientes representan un síndrome de dolor psicológico (phantom).

DIAGNOSTICO.

El diagnóstico ha de establecerse necesariamente por exclusión. La dolencia no parece guardar relación de causa-efecto con otras alteraciones, como deficiencias en la secreción salivar, efectos secundarios de medicamentos antidepresivos, ansiedad, estrés, tratamientos de radioterapia o quimioterapia, alcoholismo o enfermedades del sistema inmunitario (como el síndrome de Sjögren) o diabetes. Por tanto, el diagnóstico se determina tras haber descartado previamente estas u otras disfunciones concomitantes.

A falta de criterios clínicos disponibles actualmente, el conocimiento de la enfermedad se orienta hacia las manifestaciones subjetivas del paciente; por eso, deben establecerse nítidamente los contornos de este síndrome-no-identificado con otros de alteraciones cercanas como la xerostomía y el síndrome de Sjögren.

Se ha investigado la relación entre la infección por Candida albicans y el SBA. Las observaciones miden mediante pruebas de cultivo o por inspección directa de los efectos de los tratamientos antifúngicos (como la nistatina o el fluconazol), que se evalúan según criterios clínicos, micológicos o citológicos. Son signos de candidiasis la coloración blanca de la lengua, pero otras veces aparece enrojecida o blanca y roja, e incluso sin coloración apreciable, lo cual dificulta su identificación. Para confirmar su presencia, es preferible el frotis directo frente al cultivo, ya que este hongo habita normalmente en la cavidad bucal humana.

TRATAMIENTO.

Para determinar el manejo más adecuado, es prioritario confirmar que la quemazón no es consecuencia de algún otro factor local o sistémico. Si estos quedan descartados, los tratamientos estándar actuales proponen, con resultados dispares:
• clonazepam
• paroxetina combinada con terapia cognitivo-conductual
• lubricantes tópicos con el control de parafunción oral
• aplicación de láser con diodo de energía de bajo nivel (47.6% de reducción media del dolor)
• ácido alfalipoico (AAL) y gabapentina (GABA), en combinación o por separado.
• pregabalina
• capsaicina, AAL o lisozima-lactoperoxidasa
• terapia cognitivo-conductual
• terapia cognitivo-conductual + AA

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